lunes, 1 de noviembre de 2010

ELLOS DIJERON NO, ELLAS AGUARDAN

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1 de noviembre de 2010

(Radio Martí, 31/10/10) - Cuando el cardenal cubano Jaime Ortega y Alamino los telefoneó para proponerles que cambiaran sus rejas por el destierro, ellos dijeron no, y comenzó la espera, la incertidumbre. Ellos resisten en sus celdas. Ellas miran por las ventanas y aguardan que de un momento a otro aparezcan los abrazos que se adeudan.

Ellos llevan siete años y siete meses presos, por motivos políticos. Son víctimas de la Primavera Negra del 2003, y cuentan con el apoyo de organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Ellas son Damas de Blanco y llevan el mismo tiempo desandando las calles al amparo de un gladiolo. Tras una reunión con la jerarquía católica, las autoridades castristas se comprometieron a liberarlos. El gobierno español se hizo partícipe y acogió a más de una treintena en su territorio. Desde entonces han transcurrido los cuatro meses acordados para que todos estuvieran en libertad. Pero doce de ellos no aceptaron el viaje del calabozo a Madrid.

Pedro Argüelles Morán dijo no. Son muchos sus años como para irse lejos de donde quiere que descansen sus huesos. Ángel Moya dijo no. Es irredento y firme como el tinte de su piel. Diosdado González Marrero dijo no. Sueña con los mugidos y los relinchos de un rebaño en una finca propia. Héctor Maseda dijo no. No es en el destierro donde quiere vaciar los cálices de la libertad. Librado Linares dijo no, sus ojos se rindieron ante la cal de las paredes de una celda pero su voz quiere seguir resonando en su Camajuaní natal. Guido Sigler Amaya y José Daniel Ferrer dijeron no. Dijeron no Félix Navarro y Eduardo Díaz Fleitas. Iván Hernández Carrillo, Arnaldo Ramos Lauzerique y Oscar Elías Biscet dijeron no. Un no rotundo y hondo, recio y permanente.

Ellos dijeron no, ellas aguardan. Ellos se alzan desde su entereza. Ellas continúan marchando sólo al amparo de un gladiolo y no niegan que tienen una gran esperanza de que antes del siete de noviembre puedan pagarse todos los besos que se deben y así hablaron para Radio Martí.

Nota: Hay un número 13, Luis Enrique Ferrer García, en un limbo total

martes, 19 de octubre de 2010

LA MASACRE DEL 12 DE OCTUBRE DE 1960 EN SANTA CLARA, CUBA

 

 

 

La Voz de Cuba Libre

Por Roberto Jiménez

ENVIO ESTO CON EL OBJETO DE NO OLVIDAR LOS CRIMENES, QUE CON EL PASAR DEL TIEMPO SE NEUTRALIZAN.
 
RELATO DEL SACERDOTE CAPUCHINO ESPAÑOL OLEGARIO DE CIFUENTES, TESTIGO Y CONFESOR DE AQUELLOS HOMBRES FUSILADOS POR EL CASTRISMO AQUEL:
 
       12 DE OCTUBRE  DE 1960: LA MASACRE
 
Todavía por aquel tiempo era política del gobierno castrista permitir la asistencia de sacerdotes a los que iban a ser ejecutados en el paredon de fusilamiento.  Era una forma de proyectar una imagen engañosa para encubrir ante la opinión mundial y nacional la verdadera naturaleza de un proceso en el que, poco después, se desató una campaña nacional rabiosamente anticlerical y antireligiosa en general.  También así se ganaba tiempo para preparar las condiciones que permitieran manipular las reacciones adversas que se derivaran de los futuros pasos ya programados en el secreto esquema totalitario.
 
El grupo que en este caso se proponían ejecutar tenía la característica, sin precedente hasta aquel momento, de que no se trataba de personas vinculadas real o falsamente a crimenes cometidos por el régimen anterior.  En cuanto a Porfirio Ramírez - el más conocido y popular - se trataba de un dirigente estudiantil de origen campesino, que se había alzado en armas contra Batista, por lo que al triunfo revolucionario ostentó grados de capitán, y  habiendo retornado a la vida civil, se convirtió en figura nacional como dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria de la Universidad de Las Villas.  Plinio Prieto y Sinesio Walsh fueron también oficiales del  Ejercito Rebelde, José Palomino fue un intachable integrante del Ejército Constitucional.
 
Fue por todo ello que los verdugos accedieron a la petición de Plinio Prieto, recién nombrado jefe de las guerrillas en El Escambray contra el gobierno castrista, de formación católica, para  que se le permitiera ver a un sacerdote antes de ser fusilado. 
 
El juicio, montado como un vulgar circo en el campamento militar “Leoncio Vidal”, de Santa Clara, tuvo lugar durante el día 12 de Octubre.  En las calles de la ciudad se reprimían manifestaciones por la vida de “El Negro” Ramiíez como le apodaban al capitán Porfirio Ramírez, muy querido por la población local.  Al caer la noche se anunció un receso en el juicio hasta el día siguiente para dictar sentencia.  Así fue anunciado  también por los medios de comunicación nacional, lo cual dio lugar posteriormente a que se generalizara la idea errónea de que la ejecución habia tenido lugar el 13 de octubre.
 
Aquella noche, sin embargo,  unos militares tocaron apresuradamente a la puerta trasera de la iglesia “La Pastora”, de Santa Clara, atendida por sacerdotes Capuchinos, para que “un cura” los acompanara al momento y sin excusas.  El tal cura resultó ser el fraile español Olegario de Cifuentes, aldeano recio, ya maduro, quien había sufrido en su patria los horrores de la guerra civil española.
 
A la mañana siguiente el padre Olegario expuso con detalles, a un compañero universitario de Porfirio, todo lo sucedido aquella noche.  Poco tiempo después, ya expulsado de Cuba, reiteró el mismo relato en varias comparecencias públicas desde Caracas Venezuela.  Este, en síntesis, fue su testimonio:
 
El sacerdote fue conducido discreta y apresuradamente al campo de tiro militar “ La Campana” , ubicado en una zona rural no lejos de la ciudad de Santa Clara, donde se encontraban los prisioneros fuertemente custodiados.  El ambiente era de preparativos acelerados en medio de una evidente improvisación.  A campo abierto el padre Olegario dedicó unos minutos a cada uno de los cinco hombres que iban a morir.  Confesaría a la mañana siguiente, todavía conmocionado, que a pesar de ser un hombre curtido por su experiencia personal en España, nunca podría olvidar la serenidad y la convicción conque aquellos hombres  le hablaron de las razones por las que iban a morir.  Repitió -como quien cumple una misión,  de la que hacía partícipe a su interlocutor, quien esto escribe- detalles como las palabras conque Plinio le transmitiera su mensaje final: “Muero confiando en Dios y en los hombres”, y como los cinco bromeaban entre sí y desafiaban con su valor natural a los militares presentes.  Por ejemplo, expresó que Porfirio tenía en su boca un tabaco sin encender y uno de los militares se acercó y le ofreció la llama de un fósforo, a lo cual “El Negro” le contestó con una carcajada que no era hora de preocuparse por ese detalle  si en unos minutos se lo iban a llenar de huecos.
 
Poco después de las 9 P.M. se improvisó apresuradamente el escenario.  Las luces de los jeeps y camiones militares se concentraron en los prisioneros, todos de pie y atados.  Ninguno aceptó que le vendaran los ojos.  Frente a ellos se organizaron los integrantes del pelotón, distribuídos en dos filas: unos delante, rodilla en tierra, y los otros parados detrás.  Todos con armas automaticás, cuyas ráfagas se repetieron sin cesar mientras los cuerpos caían.
 
Al cabo del crimen se impuso un pesado silencio que duró largos minutos.  Los verdugos y sus cómplices presentes quedaron paralizados, nadie se atrevía a acercarse a los cuerpos sin vida. 
 
Conto el padre Olegario que se vió precisado a  asistir al médico forense, pudiendo constatar que algunos, como Porfirio, tenían impactos de frente en la parte superior del cráneo y en la espalda, por haber caído hacia delante, y otros los presentaban debajo de la mandíbula con desgarramientos  a sedal en el pecho, por haberse proyectado su cuerpo hacia atrás con las primeras ráfagas. 
 
Una verdadera masacre.
 
Con ese crimen pretendían ahogar en sangre y terror al incipiente brote guerrillero de El Escambray.  Sin embargo, no sólo en El Escambray, sino en toda Cuba  - inclusive  donde no existían montañas -  se multiplicaron durante años los grupos de alzados, con derroche de heroísmo sin límites.
 
Este testimonio lo escribí por el compromiso que el padre Olegario me transmitió aquella mañana en la Iglesia "La Pastora" de Santa Clara.
 
Roberto Jiménez

lunes, 18 de octubre de 2010

jueves, 14 de octubre de 2010

DEMOCRACIA Vs COMUNISMO


CHILE:

RESCATE DE MINEROS EN DEMOCRACIA

El pueblo chileno festeja el rescate de sus hermanos chilenos


COLOMBIA, FARC:



Fabián Ramírez', de las Farc, ejecutó a su propio hermano

Por:
Redacción eltiempo.com | 1:01 p.m. | 14 de Octubre del 2010
Fabián Ramírez

Así lo reveló el presidente Juan M. Santos, al presentar contenido de computadores del 'Mono Jojoy'.

El mandatario anunció que un juez de instrucción ya le dio su "bendición" legal a los computadores que se encontraron en el campamento del 'Mono Jojoy'.

Santos afirmó que "se respetó la cadena de custodia" y que toda la información allí contenida "va y podrá ser utilizada en las acciones judiciales contra estos bandidos" de las Farc.

El Presidente reveló el contenido de un correo fechado el 29 de octubre del año pasado, firmado por alias 'Joaquín Gómez'.

"Fabian me pidió autorización para ajusticiarlo y se la di. La única sugerencia que le hice fue que mientras más rápido mejor, para que nos haga el menor daño", señala la comunicación electrónica.

"¿Saben de quién hablaban?", se preguntó Santos. "De su hermano. 'Fabían Ramírez' ejecutó a su propio hermano", agregó.

"Esa es la calaña de bandidos frente a los cuales estamos nosotros enfrentados y por eso no vamos a bajar la guardia un solo minuto, hasta verlos totalmente derrotados y este país libre, libre de esa calaña de bandidos, que son capaces de ejecutar a sus propios hermanos", remató el Jefe de Estado.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Minero boliviano no acepta oferta de Evo Morales de regresar a Bolivia


Por: Agencias
El Presidente de Bolivia ofreció trabajo y casa, pero Carlos Mamani no aceptó.
 
Carlos Mamani, el extranjero del grupo
Foto: AFP
El boliviano Carlos Mamani, único minero extranjero de los 33 que quedaron atrapados a más de 700 metros bajo tierra.

El minero boliviano Carlos Mamani, el único extranjero de los trabajadores que quedaron atrapados en el derrumbe del yacimiento San José, agradeció el ofrecimiento que le hizo personalmente el presidente Evo Morales de retornar a su país, pero por el momento se quedará en Chile.
Morales llegó la mañana de este miércoles a la ciudad de Copiapó, a 800 kilómetros al norte de Santiago, y se trasladó hasta la mina San José para visitar a Mamani, quien desde su rescate, esta madrugada, permanece en el hospital de campaña sometido a observación médica.
En presencia del mandatario chileno, Sebastián Piñera, Morales le manifestó que su Gobierno le apoyaría con una casa y un puesto de trabajo fijo en algunas de las explotaciones petrolíferas que están comenzando a operar en el vecino país.
Incluso, el propio ministro chileno de Salud, Jaime Mañalich, certificó que Mamani estaba en "óptimas condiciones" de viajar en el avión presidencial de Evo Morales si así lo deseaba.
"Si quiere viajar hoy mismo a Bolivia no hay ningún inconveniente médico", recalcó el ministro Mañalich, quien bromeó con el minero cuando le dijo que probablemente pensaba que tras el accidente ya no tendría necesidad de volver a trabajar, pero se equivocó.
Sin embargo, Carlos Mamani, que está casado con la también boliviana Verónica Quispe y tiene una hija de pocos meses, dijo que prefería ser trasladado al hospital de Copiapó y permanecer al menos durante dos días junto a sus ex compañeros de cautiverio.
La respuesta del minero frustró las expectativas del mandatario boliviano, quien previamente había manifestado su deseo de llevarse de vuelta a Mamani y su familia.
A comienzos de esta semana, el gobernante boliviano había expresado su intención de estar presente cuando su compatriota fuese rescatado, pero al final Morales llegó varias horas después de que Mamani fuera izado en la cápsula "Fénix 2".
En los días previos a la localización de los mineros, la esposa de Mamani expresó su pesar porque, a su juicio, el Gobierno boliviano no se había interesado por la suerte de su marido, aunque posteriormente suavizó sus críticas.
El presidente de Bolivia expresó su agradecimiento a Piñera por los esfuerzos desplegados para rescatar sanos y salvos a los 33 mineros.
"Los bolivianos nunca vamos a olvidar este esfuerzo, presidente", enfatizó Morales, quien presenció la llegada de algunos mineros hasta la superficie
Por su parte, los familiares del minero boliviano agradecieron al Gobierno de Chile la ayuda prestada.
"Nos hemos sentido orgullosos de estar junto a ellos (los mineros). Estamos agradecidos, señor presidente", declaró el suegro del minero, Johnny Quispe, quien también reconoció el gesto del empresario chileno Leonardo Farkas de donar cinco millones de pesos (10.400 dólares) a cada minero.

lunes, 11 de octubre de 2010

Otro 10 de Octubre para los cubanos.

LA CAMPANA DE LA DEMAJAGUA NO HA CESADO DE SONAR...



EDITORIAL : DIARIO LAS AMERICA


No solamente en la historia de Cuba, sino también en la historia de la libertad de las naciones hispanoamericanas, el 10 de octubre tiene una gran importancia recordando la gesta del año 1868 cuando Carlos Manuel de Céspedes inició la Guerra de los Diez Años que no fue coronada por la independencia pero sí fue un factor de gran significación histórica para mantener latente en el pueblo cubano sus ansias de libertad e independencia.

Carlos Manuel de Céspedes es considerado como el “Padre de la patria”, porque cuando le dieron el ultimátum de que depusiera las armas o le mataban a un hijo, dijo que para él todos los cubanos eran sus hijos y, como consecuencia de ese patriotismo heroico, inmediatamente fue fusilado ese hijo que marcó una ruta de libertad y sacrificio glorioso para Cuba.

Fueron diez años de lucha intensa, de heroísmo y de tenacidad patriótica que aunque no logró de inmediato la independencia, permitió llegar hacia la llamada “Paz del Zanjón”. De una u otra manera, se echaron las bases de la guerra de independencia de 1895, que se inició con el sacrificio de la vida de José Martí en el combate de Dos Ríos el 19 de mayo de 1895. Esa guerra culminó con la independencia obtenida por el pueblo cubano el 20 de mayo de 1902.

Los últimos cincuenta y un años de martirio de los cubanos, porque su independencia ha sido secuestrada por el totalitarismo marxista-leninista de Fidel Castro y de su hermano Raúl, han servido de testimonio de que cada 10 de octubre, en el destierro, los cubanos le rinden homenaje a su patria en el altar del recuerdo histórico. Es un homenaje en el cual, de acuerdo con las circunstancias y las proporciones de cada región donde hay exiliados cubanos, le reiteran a su patria su juramento de luchar por su libertad.

Por supuesto, en el Sur de la Florida, especialmente en el Condado Miami-Dade cuya población metropolitana está integrada inmensamente por cubanos, las fechas patrióticas de esta naturaleza son objeto de conmemoración o celebración, según las circunstancias. También lo son en otras ciudades importantes de los Estados Unidos de América por el mismo motivo, la presencia de cubanos que nunca olvidan a su patria.

DIARIO LAS AMERICAS le rinde homenaje en este otro 10 de octubre, a la nación cubana, a sus próceres, formulando sus mejores votos porque cese pronto este sacrificio terrible de más de cincuenta y un años de esclavitud determinada por una tiranía totalitaria marxista-leninista, la de los hermanos Fidel y Raúl Castro.

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