Por JUAN O. TAMAYO
jtamayo@elnuevoherald.com
Es oficial: la campaña más fuerte en años en el Congreso para levantar todas las restricciones de viajes a Cuba ha fallado. Y los dos próximos años, con una Cámara de Representantes controlada por los republicanos tampoco parecen buenos.
El representante Bill Delahunt, demócrata por Massachusetts y uno de los principales impulsores del proyecto de ley para levantar las sanciones, reconoció esta semana que la última temporada de sesiones del Congreso saliente no votará la medida.
Eso significa el fin del más poderoso y sostenido esfuerzo en un Congreso controlado por los demócratas para permitir viajes sin restricciones a Cuba, una medida respaldada por los grupos de presión de los sectores de agricultura y empresariales en EEUU.
Los partidarios alegan que la mayoría de los estadounidenses favorecen el levantamiento de las restricciones, que éstas son inconstitucionales y que expandir el comercio con Cuba le daría un impulso a la atribulada economía estadounidense.
La iniciativa de ley, que también hubiera aliviado las regulaciones sobre las exportaciones agrícolas de EEUU a Cuba, se aprobó en junio en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes, pero se estancó en la Comisión de Relaciones Exteriores debido a la oposición de partidarios de las sanciones y la precaución por un año electoral en el Congreso. Ninguna Comisión del Senado votó en dos propuestas similares. ‘‘Incluso al defender una política fallida, cuando la situación llega a un punto crucial, el otro equipo tiene menos personas pero mayores pasiones'', señaló Sarah Stephens, directora del Centro para la Democracia en las Américas, con sede en Washington, que favorece mejores relaciones con Cuba.
Los oponentes y partidarios de las sanciones a la isla ya piensan sobre la próxima sesión de dos años del Congreso, cuando los republicanos asumirán el control de la Cámara de Representantes y los demócratas mantendran el control del Senado.
Unos 30 oponentes de las sanciones planean reunirse el jueves y viernes (10 y 11 de diciembre) en Tampa para discutir ‘‘qué estuvo mal y a dónde vamos a partir de aquí'', indicó Tony Martínez, un abogado que escribe para el blog antisanciones United States Cuba Policy & Business Blog.
Muchos de los nuevos legisladores republicanos en el próximo Congreso tienen una veta libertaria y es probable que se opongan a las restricciones gubernamentales a las libertades personales, aseveró Anya Landau French, directora de la U.S. Cuba Policy Initiative en la New American Foundation, en Washington.
Comprometidos a recortar el gasto gubernamental, los nuevos republicanos también podrían buscar reducir el presupuesto para hacer cumplir las sanciones estadounidenses contra Cuba, agregó Landau French.
Pero esos argumentos, dijo el activista pro embargo Mauricio Claver-Carone, no toman en cuenta a los republicanos cubanoestadounidenses que tendrán posiciones de liderazgo en el próximo Congreso, y quienes argumentan que suavizar las sanciones sólo apuntalarían a un régimen totalitario.
Ileana Ros-Lehtinen, representante por el Sur de la Florida, es casi seguro que presida la Comisión de Relaciones Exteriores, y el senador Bob Menéndez, de Nueva Jersey, está en la línea a la Presidencia de la subcomisión sobre el Hemisferio Occidental de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
"¿Qué van a hacer esos ‘libertarios'? ¿Van a convencer a Ileana de que se discuta una iniciativa de ley en su comisión? ¿Van a doblegar a Menéndez? ¡Ridículo!'' subrayó Claver-Carone, director del comité de acción política U.S.-Cuba Democracy, que apoya las sanciones.
Es más, el entrante senador Marco Rubio y el representante David Rivera podrían presionar por una legislación que apriete las sanciones.
"Estamos preocupados de que tendremos que defendernos que tendremos que defendernos contra acciones desagradables para apretar y atrincherar'', escribió Mavis Anderson, del Latin American Working Group, en un reciente mensaje a sus compañeros activistas antisanciones.
Si el Congreso no puede llegar a un acuerdo sobre el levantamiento de las sanciones, el gobierno de Obama podría al menos alivarlas al cambiar las regulaciones para los llamados ‘‘viajes con propósito'' que ya se permiten a grupos humanitarios, religiosos y académicos.
El presidente Barack Obama levantó el año pasado casi todas las restricciones a los viajes de cubanoamericanos a Cuba, y su administración ha permitido más "viajes con propósito'' sobre la base de caso por caso.
Fuentes cercanas a la administración informaron en agosto que la Casa Blanca anunciaría pronto una amplia relajación de tales viajes, que requieren previas licencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
La administración Bush hizo más estrictas esas licencias en medio de quejas de que se abusaba ampliamente de ellas para convertirlas en viajes de turismo a Cuba.
Pero Obama no anunció nunca los cambios, según se reportó debido a advertencias de los demócratas del Sur de la Florida de que podían enojar a los votantes cubanoestadounidenses y afectar las elecciones del 3 de noviembre.
Las nuevas regulaciones están escritas, pero permanecen engavetadas y no está claro si Obama intentará promulgarlas ni cuándo, dijo un funcionario del gobierno de EEUU cercano al proceso.
El representante Bill Delahunt, demócrata por Massachusetts y uno de los principales impulsores del proyecto de ley para levantar las sanciones, reconoció esta semana que la última temporada de sesiones del Congreso saliente no votará la medida.
Eso significa el fin del más poderoso y sostenido esfuerzo en un Congreso controlado por los demócratas para permitir viajes sin restricciones a Cuba, una medida respaldada por los grupos de presión de los sectores de agricultura y empresariales en EEUU.
Los partidarios alegan que la mayoría de los estadounidenses favorecen el levantamiento de las restricciones, que éstas son inconstitucionales y que expandir el comercio con Cuba le daría un impulso a la atribulada economía estadounidense.
La iniciativa de ley, que también hubiera aliviado las regulaciones sobre las exportaciones agrícolas de EEUU a Cuba, se aprobó en junio en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes, pero se estancó en la Comisión de Relaciones Exteriores debido a la oposición de partidarios de las sanciones y la precaución por un año electoral en el Congreso. Ninguna Comisión del Senado votó en dos propuestas similares. ‘‘Incluso al defender una política fallida, cuando la situación llega a un punto crucial, el otro equipo tiene menos personas pero mayores pasiones'', señaló Sarah Stephens, directora del Centro para la Democracia en las Américas, con sede en Washington, que favorece mejores relaciones con Cuba.
Los oponentes y partidarios de las sanciones a la isla ya piensan sobre la próxima sesión de dos años del Congreso, cuando los republicanos asumirán el control de la Cámara de Representantes y los demócratas mantendran el control del Senado.
Unos 30 oponentes de las sanciones planean reunirse el jueves y viernes (10 y 11 de diciembre) en Tampa para discutir ‘‘qué estuvo mal y a dónde vamos a partir de aquí'', indicó Tony Martínez, un abogado que escribe para el blog antisanciones United States Cuba Policy & Business Blog.
Muchos de los nuevos legisladores republicanos en el próximo Congreso tienen una veta libertaria y es probable que se opongan a las restricciones gubernamentales a las libertades personales, aseveró Anya Landau French, directora de la U.S. Cuba Policy Initiative en la New American Foundation, en Washington.
Comprometidos a recortar el gasto gubernamental, los nuevos republicanos también podrían buscar reducir el presupuesto para hacer cumplir las sanciones estadounidenses contra Cuba, agregó Landau French.
Pero esos argumentos, dijo el activista pro embargo Mauricio Claver-Carone, no toman en cuenta a los republicanos cubanoestadounidenses que tendrán posiciones de liderazgo en el próximo Congreso, y quienes argumentan que suavizar las sanciones sólo apuntalarían a un régimen totalitario.
Ileana Ros-Lehtinen, representante por el Sur de la Florida, es casi seguro que presida la Comisión de Relaciones Exteriores, y el senador Bob Menéndez, de Nueva Jersey, está en la línea a la Presidencia de la subcomisión sobre el Hemisferio Occidental de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
"¿Qué van a hacer esos ‘libertarios'? ¿Van a convencer a Ileana de que se discuta una iniciativa de ley en su comisión? ¿Van a doblegar a Menéndez? ¡Ridículo!'' subrayó Claver-Carone, director del comité de acción política U.S.-Cuba Democracy, que apoya las sanciones.
Es más, el entrante senador Marco Rubio y el representante David Rivera podrían presionar por una legislación que apriete las sanciones.
"Estamos preocupados de que tendremos que defendernos que tendremos que defendernos contra acciones desagradables para apretar y atrincherar'', escribió Mavis Anderson, del Latin American Working Group, en un reciente mensaje a sus compañeros activistas antisanciones.
Si el Congreso no puede llegar a un acuerdo sobre el levantamiento de las sanciones, el gobierno de Obama podría al menos alivarlas al cambiar las regulaciones para los llamados ‘‘viajes con propósito'' que ya se permiten a grupos humanitarios, religiosos y académicos.
El presidente Barack Obama levantó el año pasado casi todas las restricciones a los viajes de cubanoamericanos a Cuba, y su administración ha permitido más "viajes con propósito'' sobre la base de caso por caso.
Fuentes cercanas a la administración informaron en agosto que la Casa Blanca anunciaría pronto una amplia relajación de tales viajes, que requieren previas licencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
La administración Bush hizo más estrictas esas licencias en medio de quejas de que se abusaba ampliamente de ellas para convertirlas en viajes de turismo a Cuba.
Pero Obama no anunció nunca los cambios, según se reportó debido a advertencias de los demócratas del Sur de la Florida de que podían enojar a los votantes cubanoestadounidenses y afectar las elecciones del 3 de noviembre.
Las nuevas regulaciones están escritas, pero permanecen engavetadas y no está claro si Obama intentará promulgarlas ni cuándo, dijo un funcionario del gobierno de EEUU cercano al proceso.