Por JUAN O. TAMAYO
jtamayo@elnuevoherald.com
LA HABANA -- La zafra cubana de este año será la peor desde 1905, informó el miércoles el periódico Granma en un ácido ataque contra el Ministerio del Azúcar.
"Ese es el parte de noticias desde hace varios años [. . .] Ellos acabaron con la industria durante 50 años ¿y ahora están criticando?", dijo José Alvarez, un experto en la industria azucarera cubana y profesor retirado de la Universidad de la Florida. "Esto es risible''.
El anuncio del Granma se produjo dos días después de que el gobierno de Raúl Castro reemplazara al ministro del Azúcar, Luis Manuel Avila, diciendo que había renunciado tras reconocer "deficiencias'' en su trabajo.
"Están justificando la salida del ministro, que es un chivo expiatorio porque le dieron un negocio en bancarrota cuando lo hicieron ministro'', dijo Oscar Espinosa Chepe, un economista disidente en La Habana.
Informes noticiosos anteriores habían pronosticado una zafra de unos 1.2 millones de toneladas, pero Espinosa Chepe dijo que pudiera ser de menos de 1.1 millones de toneladas y que no le sorprendería si no llegaba al millón.
Granma no dio cifras sobre la actual zafra, que no ha terminado, pero la calificó de la peor desde 1905 y dedicó largos párrafos a fustigar el trabajo del Ministerio del Azúcar. También observó la posibilidad de "medidas disciplinarias''.
Los funcionarios del ministerio son culpables de "malas políticas'', agregó, así como de "imprecisiones'', ineficiencias en la molienda, violación de "orientaciones'' superiores, falta de control en las metas de producción e incapacidad para corregir los errores de anteriores zafras.
El diario señaló que la dirección de ministerio "padeció de falta de objetividad'' en la planificación de la zafra y que no era posible "enmascarar'' en variables como las lluvias de inicio de año todos los problemas agrícolas e industriales. "Y lo que es peor, se autoengañaron y embarcaron al país''.
Avila, que fue nombrado ministro en noviembre del 2008, fue sustituido el lunes por Orlando Celso García Ramírez, que había sido el segundo más alto funcionario del ministerio.
Pero Espinosa Chepe y Alvarez observaron que la industria azucarera cubana ha estado en crisis desde hace años, con producciones de 1.2 a 1.5 millones de toneladas en un país que anteriormente producía de 5 a 7 millones de toneladas y que se apoyaba en el azúcar como el fundamento de su economía.
Cuba inclusive ha importado azúcar de Colombia y Brasil en los últimos años para satisfacer la demanda nacional, así como algunos de sus contratos de exportación. El consumo nacional se estima en unas 700,000 toneladas anuales.
Cuba produjo 1.4 millones de toneladas en la zafra 2008-2009 y 1.5 millones de toneladas en el período anterior. Las exportaciones de la zafra de 2008-2009 produjeron unos $600 millones, aunque el gobierno tiene que pagar en divisas duras por abastecimientos como fertilizantes y combustible.
Entre el 2002 y el 2004, Cuba cerró 95 de sus centrales más ineficientes, dejando sólo 61 en funcionamiento, eliminó unos 100,000 puestos de trabajo y redujo el área de siembra de casi 5 millones de acres a alrededor de 1.8 millones.
Raúl Castro y otros funcionarios cubanos recientemente dejaron ver que la industria azucarera pudiera abrirse a inversionistas extranjeros por primera vez desde principio de los años 60, cuando el gobierno nacionalizó centrales y terrenos en un esfuerzo por modernizar la industria.
Espinosa Chepe y Alvarez dijeron dudar que hubiera muchos inversionistas interesados, dado el estado de la industria.
Desde La Habana, Espinosa Chepe comentó que le habían dicho que, este año, su provincia de Cienfuegos había tenido un rendimiento de 27 toneladas de azúcar por hectárea (2.47 acres), mientras que 10 años atrás era de 40 toneladas y el promedio mundial para 2003-2007 había sido de 67 toneladas.
"¿Quién va a invertir en una industria que no existe?", preguntó Alvarez.
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