Jaime Bayly
Hoy votaré en las elecciones presidenciales peruanas por la señora Keiko Fujimori.
Quienes me conocen saben que hace años arriesgo el temerario pronóstico que la señora Fujimori será la próxima presidenta del Perú.
Lo que no estaba en mis cálculos, y no deja de sorprenderme, es que, según las encuestas más confiables, el señor Ollanta Humala pasará a la segunda vuelta con una cómoda ventaja sobre los demás candidatos.
Parece, pues, un hecho que el señor Humala estará en la segunda vuelta. Si ello ocurre, debemos respetar la voluntad de quienes votarán por él. No conviene insultar al señor Humala ni a sus votantes. El señor Humala ha sido inteligente y tenaz en presentarse como el cambio más radical a un gobierno que es repudiado por dos de cada tres peruanos.
Con todo respeto al señor Humala, no votaré por él. Creo que el señor Humala es una buena persona con malas ideas. Creo que un gobierno del señor Humala pondría en riesgo la democracia peruana (pues, como es bien sabido, el señor Humala admira a dictadores como Hugo Chávez y Fidel Castro) y frenaría el crecimiento económico de los últimos veinte años, que ha logrado rebajar la pobreza en el Perú. El señor Humala dice ahora que su modelo o arquetipo o inspiración es Lula da Silva y no Hugo Chávez. Me reservo el derecho de no creerle del todo. Una vez en el poder, creo que el señor Humala será un fiel amigo y dócil aliado del dictador venezolano. Entrevisté al señor Chávez cuando era candidato a la presidencia venezolana en 1998. El señor Chávez me dijo en tono moderado y conciliador que discrepaba radicalmente del modelo de Fidel Castro. Una vez que se consolidó en el poder, Chávez, deshonrando sus promesas embusteras, ha hecho todo lo posible por glorificar a un tirano despreciable como Fidel Castro y para que Venezuela se parezca cada día más a Cuba.
No quiero que el Perú se parezca a la Venezuela crispada y estatista de Chávez ni a la Cuba hundida en la miseria de los hermanos Castro. Quiero que el Perú sea un país libre y con una economía en crecimiento que alivie a los más pobres. Quiero que el Perú siga el camino de Chile, no el de Venezuela. Por eso no votaré hoy por el señor Humala y en la segunda vuelta votaré por quien se enfrente al señor Humala.
Espero que quien se enfrente al señor Humala en la segunda vuelta sea la señora Fujimori. Tengo por ella respeto y admiración. A pesar de su juventud, es una mujer que ha demostrado su tranquila inteligencia, su serenidad y firmeza en los momentos adversos y su tolerancia a las críticas más despiadadas. Creo que la señora Fujimori sería una buena presidenta. Ha demostrado que es humilde cuando corresponde serlo y que sabe delegar responsabilidades en personas serias y competentes. A diferencia del señor Humala, la señora Fujimori, precisamente para no parecerse al gobierno autoritario y corrupto de su padre, hará su mejor esfuerzo para presidir un gobierno respetuoso de las formas democráticas y exento de pillos y bribones como los que se apandillaron con su padre en la década de los noventa.
El Perú debe elegir hoy si quiere parecerse a la Venezuela de Chávez o al Chile próspero y con creciente justicia social de Bachelet y Piñera. Si quiere seguir el camino prepotente y antiliberal de Chávez, voten por el señor Humala. Si quieren seguir el admirable crecimiento económico de Chile, voten por la señora Fujimori.
Convencido como estoy de que en la segunda vuelta el señor Humala solo perderá si tiene como rival a la señora Fujimori, votaré hoy por Keiko Fujimori, que no se ha metido en esta pelea electoral por ambiciones personales sino por amor a su padre, porque el destino le planteó un desafío mitológico que ella tuvo el coraje de aceptar y no esquivar, porque su candidatura se funda no en desbordes ególatras sino en la resignación de quien acepta cumplir la ardua misión que el destino le ha encomendado, aun a expensas de complicarse la vida personal.
Invito a mis compatriotas a votar hoy por la señora Fujimori y, en la segunda vuelta, a votar por la candidata o el candidato que se enfrente al señor Humala. Creo que de este modo lograremos conjurar la sombría amenaza de que el Perú siga el camino de la Venezuela de Chávez, que es el camino seguro a la pobreza, al envilecimiento de la democracia y al recorte de las libertades personales.
Quienes me conocen saben que hace años arriesgo el temerario pronóstico que la señora Fujimori será la próxima presidenta del Perú.
Lo que no estaba en mis cálculos, y no deja de sorprenderme, es que, según las encuestas más confiables, el señor Ollanta Humala pasará a la segunda vuelta con una cómoda ventaja sobre los demás candidatos.
Parece, pues, un hecho que el señor Humala estará en la segunda vuelta. Si ello ocurre, debemos respetar la voluntad de quienes votarán por él. No conviene insultar al señor Humala ni a sus votantes. El señor Humala ha sido inteligente y tenaz en presentarse como el cambio más radical a un gobierno que es repudiado por dos de cada tres peruanos.
Con todo respeto al señor Humala, no votaré por él. Creo que el señor Humala es una buena persona con malas ideas. Creo que un gobierno del señor Humala pondría en riesgo la democracia peruana (pues, como es bien sabido, el señor Humala admira a dictadores como Hugo Chávez y Fidel Castro) y frenaría el crecimiento económico de los últimos veinte años, que ha logrado rebajar la pobreza en el Perú. El señor Humala dice ahora que su modelo o arquetipo o inspiración es Lula da Silva y no Hugo Chávez. Me reservo el derecho de no creerle del todo. Una vez en el poder, creo que el señor Humala será un fiel amigo y dócil aliado del dictador venezolano. Entrevisté al señor Chávez cuando era candidato a la presidencia venezolana en 1998. El señor Chávez me dijo en tono moderado y conciliador que discrepaba radicalmente del modelo de Fidel Castro. Una vez que se consolidó en el poder, Chávez, deshonrando sus promesas embusteras, ha hecho todo lo posible por glorificar a un tirano despreciable como Fidel Castro y para que Venezuela se parezca cada día más a Cuba.
No quiero que el Perú se parezca a la Venezuela crispada y estatista de Chávez ni a la Cuba hundida en la miseria de los hermanos Castro. Quiero que el Perú sea un país libre y con una economía en crecimiento que alivie a los más pobres. Quiero que el Perú siga el camino de Chile, no el de Venezuela. Por eso no votaré hoy por el señor Humala y en la segunda vuelta votaré por quien se enfrente al señor Humala.
Espero que quien se enfrente al señor Humala en la segunda vuelta sea la señora Fujimori. Tengo por ella respeto y admiración. A pesar de su juventud, es una mujer que ha demostrado su tranquila inteligencia, su serenidad y firmeza en los momentos adversos y su tolerancia a las críticas más despiadadas. Creo que la señora Fujimori sería una buena presidenta. Ha demostrado que es humilde cuando corresponde serlo y que sabe delegar responsabilidades en personas serias y competentes. A diferencia del señor Humala, la señora Fujimori, precisamente para no parecerse al gobierno autoritario y corrupto de su padre, hará su mejor esfuerzo para presidir un gobierno respetuoso de las formas democráticas y exento de pillos y bribones como los que se apandillaron con su padre en la década de los noventa.
El Perú debe elegir hoy si quiere parecerse a la Venezuela de Chávez o al Chile próspero y con creciente justicia social de Bachelet y Piñera. Si quiere seguir el camino prepotente y antiliberal de Chávez, voten por el señor Humala. Si quieren seguir el admirable crecimiento económico de Chile, voten por la señora Fujimori.
Convencido como estoy de que en la segunda vuelta el señor Humala solo perderá si tiene como rival a la señora Fujimori, votaré hoy por Keiko Fujimori, que no se ha metido en esta pelea electoral por ambiciones personales sino por amor a su padre, porque el destino le planteó un desafío mitológico que ella tuvo el coraje de aceptar y no esquivar, porque su candidatura se funda no en desbordes ególatras sino en la resignación de quien acepta cumplir la ardua misión que el destino le ha encomendado, aun a expensas de complicarse la vida personal.
Invito a mis compatriotas a votar hoy por la señora Fujimori y, en la segunda vuelta, a votar por la candidata o el candidato que se enfrente al señor Humala. Creo que de este modo lograremos conjurar la sombría amenaza de que el Perú siga el camino de la Venezuela de Chávez, que es el camino seguro a la pobreza, al envilecimiento de la democracia y al recorte de las libertades personales.
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